El verano es la época de blanqueamientos dentales por excelencia. Muy probablemente el sol, los viajes, las cenas eternas, las fiestas y los amores veraniegos tengan algo que ver. También es probable que simplemente queramos sentirnos mejor con nuestro aspecto físico o que, por cuestiones de tiempo libre (relacionadas con las vacaciones), podamos dedicar parte de nuestro día a día a conseguir una sonrisa más blanca.
Sea como fuere, un dato de interés general es que, durante los tres meses que componen esta época del año, se produce el mayor número de blanqueamientos dentales no derivados de tratamientos como la ortodoncia. Así pues, desde Clínicas Nou Dent, queremos resolver cuestiones importantes tales como: ¿cuáles son los principales tipos de blanqueamiento?; ¿se puede realizar un blanqueamiento con productos caseros?; ¿cuánto tiempo dura el efecto blanqueamiento en nuestros dientes?; ¿por qué nuestros dientes cambian de color?; ¿funcionan las pastas blanqueantes? ¿es saludable realizarse un blanqueamiento?; ¿cada cuánto tiempo puedo realizarme un blanqueamiento en la clínica dental? ¡Toma nota porque empezamos! 💫
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El blanqueamiento dental es un proceso mediante el cual conseguimos aclarar el color de las piezas dentales. Por lo general, el objetivo de tu odontólogo/a es, o debería ser, obtener nuevamente el punto más blanco en el que se encontraron tus dientes de forma natural. Evitaremos, por tanto, llegar a ese efecto deslumbrador y antinatural que tanto gusta en las redes sociales. Y… ¿por qué?, te preguntarás. Pues porque el trabajo de los dentistas busca que tu sonrisa esté sana de la forma menos invasiva posible. Siempre apostando por resultados lo más naturales posible. Que parezca que nadie ha intervenido en tu sonrisa.
El primer punto a tener en cuenta es saber por qué nuestras piezas dentales tienen un color amarillento. Puede deberse a diversos factores, entre los que se encuentran lo hábitos, la higiene, las patologías, la naturaleza de cada cual o simplemente la edad (ya que con el tiempo la dentina se vuelve un poco más amarilla y dura). Por consiguiente, antes de comenzar cualquier tratamiento de blanqueamiento, hay que realizar un estudio de nuestra salud bucodental para descartar problemas, ya que no se pueden realizar blanqueamientos en aquellos pacientes con caries, excesiva sensibilidad dental, erosión en el esmalte o patologías relacionadas con las encías, como la periodontitis.
Ya en materia, lo aconsejable es realizar una limpieza clínica previa al tratamiento, con la que se eliminaremos las manchas superficiales causadas por elementos como el café, el vino, el tabaco o el sarro. Después, cuando la superficie de nuestros dientes está correctamente higienizada, es cuando podremos determinar el color natural al que queremos llegar. Esto también permite que el proceso de blanqueamiento sea más efectivo, ya que no habrá zonas cubiertas por agentes externos como la suciedad o las bacterias.
Para entender el proceso químico de blanqueamiento en sí, primero debemos conocer la composición del diente. La capa superficial (denominada esmalte) es fina, muy dura y translúcida. Es por eso que el color natural del diente lo determina la dentina de su interior, siempre y cuando la superficie no esté manchada. La dentina es relativamente blanda, muy porosa y está viva, lo que significa que tiene la capacidad de regenerarse, al contrario que el esmalte, el cual no vuelve a producirse en nuestro organismo.
Químicamente hablando, el blanqueamiento clínico se lleva a cabo empleando peróxido de hidrógeno o carbamida en forma de pasta, generalmente roja. Se protegen las encías para evitar el contacto y se aplica sobre la superficie de nuestras piezas frontales. El tiempo varía en función del paciente, pero se suele dejar actuar en periodos de hasta 10 minutos. Posteriormente, se elimina el producto (para comprobar que todo está bien y no hay excesiva sensibilidad) y, acto seguido, se repite la misma acción hasta obtener el mejor resultado adecuado para cada paciente. El objetivo, repetimos, es buscar el punto en el que sus dientes estaban más blancos de forma natural.
El peróxido se filtra a través de los poros del esmalte, llegando hasta la dentina y produciendo una reacción química en el interior del diente. Esto es importante, ya que el proceso químico no se produce sobre la superficie mediante abrasión, sino en el interior de las piezas dentales. Además, para favorecer la infiltración, se suelen emplean lámparas de luz fría, las cuales vierten su luz directamente sobre los dientes. Una vez dentro, el material filtrado debilita la dentina de forma controlada, lo que produce la decoloración. Por su parte, el duro esmalte protege de los agentes externos como el frío o el calor, evitando una excesiva sensibilidad en el día a día. Este debe quedar intacto en el tratamiento.
El proceso de blanqueamiento puede llevarse a cabo de dos formas distintas. La primera de ellas es en la clínica (tal y como hemos comentado). La segunda se realiza en el domicilio bajo seguimiento, basándonos en los mismos principios y un similar proceder. Lo que sí cambia es que emplearemos un producto con un menor porcentaje de peróxido de hidrógeno, férulas y no emplearemos lámpara para la filtración. Esto requerirá de mayor tiempo y sesiones, pero los resultados obtenidos son muy similares.
Respondiendo a la pregunta sobre cuánto tiempo dura el tratamiento, la respuesta es alrededor de un año. Como hemos comentado, la dentina se ve debilitada en el proceso de blanqueamiento. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta vuelve a regenerarse en el interior, recobrando su condición original y, por tanto, su tono natural relativamente oscuro. Además, el proceso puede acelerarse si la superficie del diente está manchada o cubierta. Por tanto, para prolongar los resultados, la clave está en mantener la superficie lo más limpia posible. Podemos realizarnos limpiezas clínicas periódicas y emplear pastas de dientes específicas para prolongar los resultados. Consulta siempre con tu dentista cuáles son las mejores opciones para tu salud bucodental.
Ahora vamos a comentar por qué no deberías realizar los tratamientos de blanqueamiento caseros que tan de moda están en Instagram o TikTok. Según hemos podido comprobar, los más difundidos y locos implican lavarse los dientes con limón, cúrcuma, jengibre, vinagre, carbón activo o incluso enjuagarse con agua oxigenada. En definitiva, utilizar ácidos.
Hay que tener en cuenta un aspecto crucial y es que todos estos abrasivos actúan sobre la superficie de nuestros dientes, no en el interior como los tratamiento de blanqueamiento. Por decirlo de alguna manera, debilitan el esmalte, lo que produce un efecto blanco a muy corto plazo, producido por la deshidratación del diente. Esto es tremendamente perjudicial y en muy poco tiempo las piezas dentales se verán incluso más amarillas. El esmalte nunca se vuelve a regenerar, por lo que la dentina queda al descubierto. Además de favorecer problemas serios como la caries, ten por seguro que aumentará enormemente tu sensibilidad dental. El agua oxigenada, por su parte, para añadir más leña al fuego, quema nuestras encías. Lo que debilita su estado de salud, genera heridas que pueden infectarse y, por supuesto, producen un efecto visual cuanto menos desagradable.
Nuestro consejo Nou Dent es que nunca realices las prácticas caseras que veas en Internet. Acude siempre a tu dentista para cualquier consulta y cuida mucho de tu salud bucodental en el día a día. Si quieres blanquear tus dientes, acude siempre a un especialista. Nuestros profesionales te aconsejarán en todo el proceso para garantizar los mejores resultados. Además, en nuestras clínicas, encontrarás el pack limpieza clínica + blanqueamiento por 99€. Si estás intersado/a infórmate llamando al 661 56 86 77 o, si lo prefieres, en el apartado de contacto de nuestra web, donde podrás localizar tu clínica más cercana.
